UN NIÑO AGUARDA UNA RESPUESTA
(A los docentes que fueron violentados en la plaza, frente al Congreso Nacional)
Las estrías de la memoria
se abren, vuelven a vivir y morir.
Una gota de sangre cae sobre
el remolino oscuro de un niño
que aguarda una respuesta.
Espantapájaros de carne y alma
construyen con sus manos de tiza
el habitáculo dónde garabatean
sonrisas, y casitas con soles.
Se miran con ojos de recreos
para animarse y seguir con la tarea.
En las gargantas de las palomas
hay un grito ahogado,
no pueden dar aviso.
Estalla el plumaje gris de una intención.
Las palmas de la paz son retorcidas
y pisadas como un trapo de piso.
De fondo suena el himno con la
letra cambiada.
Los gases de la historia arden
en los ojos, y en la memoria.
Los títeres de la represión
tienen un hilo grueso como
los pelos de un antiguo bigote.
Pastor Marcelo F. Vázquez (PE)
SN 116/17